domingo, 26 de enero de 2014

Lágrimas en el viento

Hoy lloré, y mis lágrimas no significan nada.
Ya me acostumbré a estas injustificadas ganas
de escribir a la madrugada.

Sé que quiero vibrar como las buenas olas,
Sin embargo, suelen ocurrir tormentas,
naufragios.

A veces la vida nos impone desafíos…
¡quién sabe como los sortearemos!
Pero allí están, marcados cual cicatriz,
que nunca se borrará.

Recurrir a la escritura es siempre un buen abrazo,
un desahogo permanente.

Y allí estás, recostada en tu cama,
ya no sos vos,
desde hace ya mucho tiempo…
Pero sé que detrás de esos ojos mustios…
algo queda.
Anécdotas compartidas, memorias felices,
veranos en los cuales aún eras vos.

A veces comprendo tus palabras,
a pesar de que en algunas ocasiones balbuceas muerte.
Mi mirar se horroriza,
puedo percibir que aun comprendés ciertas cosas.

El aire huele a soledad
hay estruendos de ausencia,
todos intuimos tu partida,
aunque los minutos sean dueños de lentitud extrema.

Ya preparé mi pañuelo,
suave, me espera en mi bolsillo.
No seas impaciente,
no temas…
Quizás en alguno de tus sueños de locura
me encuentres,
No grites mi nombre,
no hay necesidad
siempre estaré allí,
como siempre lo he estado.

Acariciaré tu cabello cuando lo precises.
te daré mi palabra, aunque no la oigas.
Y el día de tu partida te diré el más sincero adiós,
que jamás se llevará el viento.