viernes, 6 de junio de 2014

Persecución


Hoy había despertado,
luego de un letargo profundo,
con una energía óptima.

Hay quienes pretenden detenerme.
Sumergirme en lo hostil de la vida.
Aparece una ira que no se hacia donde fluye.
Sigue su curso hacia un lugar muy oscuro,
en el que no quiero estar,
al que no quiero recurrir.

Intento iluminar ese tenebroso paisaje
con antorchas de humo débil,
nadando con todas mis fuerzas
para tomar aire
y no ahogarme en la cotidianeidad.

Hay momentos en los cuales
un brazo gigante me empuja hacia abajo,
hacia un lugar que me asfixia.
Allí hay rocas punzantes,
barro y texturas desagradables.
confusión, estupidez,
y algunas espinas que me lastiman.

Y sobre todo pensamientos y animas,
que me acompañan a todos lados,
que no quiero recordar y surgen desde el fango
como estatuillas inertes.

Se derriten,
toman las formas más abstractas,
que hasta parecen bellas.

Preciso una lluvia fresca
que las haga desaparecer.
Una brisa que las lleve a otro lugar.

Deseo quedarme con esas historias
que curan mi alma,
que le dan ganas de despegar
hacia una atmósfera plena,
cargada de múltiples matices
que colman mis expectativas.

No quiero vivir esperando
que estos seres me atrapen.
No quiero huir de sus tormentos.
Quiero enfrentarlos
mirarlos fijamente

y…despertar.